Penumbra

¿A qué hora entrás?, preguntó a la noche, cerrando cortinas, caminando inquieto.

¿A qué hora y por dónde entrás?, esperando en la salita, queriendo averiguar como hacia la oscuridad para ingresar a su casa, desde aquel día en que un poeta se lo preguntara declamando : " la noche entra en mi casa /no se por que puerta o ventana/ no se si algún gato la traía enredada entre las patas / pero entra" y en ese momento todo era luz en aquella estancia, todo era tarde y luz, mas una sombra se desplazaba detrás a la izquierda, entrando en el auditorio, creciendo.
Desde aquel día trató de encontrar el resquicio por el que se colaba la penumbra, y la noche parecía caer plenamente, de un solo golpe; vano fue cerrarle portillos, inútil esperarla llegando por el este, siguiendo al sol en su retirada, hasta que bajo un cielo púrpura apareció por la ventanita del baño un tono celeste oscuro y luego la penumbra, que como una ínfima franja se proyectaba en la pared, la noche reducida, tangible por así decirlo, la noche no era ya etérea, indómita, era una franjita en la pared del baño.